Un lugar donde pensar

Un lugar donde pensar
La habitación de van Gogh (Vincent van Gogh)

22/5/09

La vida: una dualidad indisoluble


Sin más nos plantan en este mundo, sin preguntar si queríamos nacer y con un montón de problemas en el aire, en nuestra época, en nuestro contorno sociocultural. Así el humano nace con su primer llanto desalentador, su primer sufrimiento se ve ya reflejado al nacer, al salir de esa burbuja que le protegía, que le daba cobijo y le alimentaba sin ningún tipo de problema.
Nos colocan aquí, con un nombre impuesto, con unas leyes decididas y con una cultura desarrollada, no por nosotros mismo, sino por otros que ya murieron y que ni siquiera conoceremos. Nadie elije a sus padres, ni elije en qué país vivir, ni en que entorno, bueno o malo, bello o feo, agradable o desagradable. Todo está ya impuesto, o eso parece ¿no? Bueno no esta tan claro, en el sentido estricto de la palabra podemos decir que nos queda toda una vida por decidir, por desarrollar y por satisfacer. Estamos ya en una sociedad en la que si no te gusta tú nombre te lo puedes cambiar, en la que si no te gusta tu ciudad te puedes marchar. Estamos en una etapa en la que el intercambio de opiniones esta a la orden del día, las civilizaciones intercambian su cultura, dan a conocer su entorno. Por ese mismo motivo debemos saber que el cambio es lo que permanece, ya no vale pensar que existe una verdad absoluta, de la cual todos debemos creer, eso mismo pensó Hitler, que su raza era la verdadera, es decir , que lo que pensaba era la verdad absolutísima y el que no se rigiera a esas condiciones sería castigado. Es cierto entonces eso que decía Heráclito, “nunca te bañaras dos veces en el mismo río”, es decir, nunca encontraras a dos personas que piensen estricta y radicalmente igual. Porque a mi parecer, el humano antes de definirse como animal, bípedo sin plumas, o cualquier otro tipo de definición, yo diría que es un ser que piensa al igual que los demás pero de forma diferente, es decir, que en toda la totalidad de la especie humana no habrá ningún hombre que se parezca a otro hombre.
Entonces somos a la vez desgraciados y afortunados, desgraciados en el sentido de que nadie absolutamente nadie llegará a saber cuál es mi sufrimiento interior, o podríamos expresarlos así: la auto pregunta más desalentadora ¿Por qué no me entienden?, simplemente porque no son como yo, porque hay un abismo entre lo que siento yo y lo que siente el otro, solo nos cabe pensar que esa persona podrá identificarse lo más mínimo con mis sentimientos, solo y cuando pase por una situación parecida a la mía.
Pero por otro lado somos afortunados porque somos únicos, únicos en el sentido de que ya, por nuestra mera existencia (mera existencia, se entiende aquí como un constante hacerse a nosotros mismo, es decir, nos dejarse llevar por las aguas que me arrastran) somos originales, somos diferentes y tendemos a hacerlo, está en nuestra naturaleza ser diferente los uno de los otros. Puede que coincidamos en algunos gustos e incluso en la mera apariencia. Pero en el fondo con todas esas experiencias vividas, con todos eso sentimientos desarrollados, que solo son producto nuestro y que se encuentran como las raíces de un árbol en el suelo, yo diría que imposibles de arrancar.
Todo esto hace que nos demos cuenta de lo importante que es el respeto hacia otras culturas, razas, religiones, condiciones sexuales, etc. Por el simple hecho de ser distinto, porque es algo natural en nosotros que no podemos reprimir, esto no podemos esconderlo, y en cualquier caso sería como reprimir nuestras ganas de comer. Así todo esto que es distinto a nosotros, es lo que más nos hace ser nosotros mismo, es decir, si todos fuéramos españoles, homosexuales y cristianos, estaríamos desorientados y en cada esquina nos encontraríamos con nosotros mismos, es decir, caeríamos en una locura interior, en un problema de personalidad, porque no sabríamos ¿quién es aquel que es exactamente igual que yo?, ¿una copia de mi? o ¿soy yo esa copia?, todas las ciudades serían iguales sin más cambios, así por ejemplo no podríamos contemplar la Giralda porque no existiría o estaría tan repetida que nos aburriría verla. La esencia de las cosas es que sean únicas, que cada uno se comporte de una manera, es decir, que no haya un comportamiento sistemático o científico en el ser humano, en definitiva podríamos decir que no se puede hacer ciencia con el ser humano.
Por lo tanto debo preguntar: ¿es correcto clasificarlo todo?, en una primera estancia podríamos responder que si, ya que es necesario para nuestra existencia, es decir, tendemos a ordenar, porque debemos organizarnos para sobrevivir. Pero aquí se le puede hacer otra lectura a esta pregunta y es en el sentido ¿porque si estoy en un determinado sitio soy una persona determinada?, ¿no puedo ser simplemente yo?, que pasa que además de archivar la naturaleza también tenemos que archivar aquello que es imposible de archivar, es decir, aquello que me define como algo que me diferencia de los demás, ¿Por qué si me diferencio de los demás tengo que clasificar ese comportamiento?, yo diría que esto es como un quiero pero no puedo. Pero este querer no hace nada más que encerrarnos y no dar cabida a otras cosas nuevas. Esto es más de lo mismo, hacemos con nosotros lo mismo que la religión hizo con Copérnico, con Galileo, con Kepler; el problema es que en este caso el tema de la tierra exploto delante de nuestros ojos tras la evidencia de lo que suponía el movimiento de ésta, pero en el caso de temas más humanos no se nota tanto, esta como escondido y como hemos visto antes, nos es imposible saber cuando hacemos daño a los demás (evidentemente estamos hablando a primera estancia y sin haber tenido una experiencia relacionada con el otro), no se presenta tan evidente como lo de Galileo.
Por lo tanto yo digo, que la evolución no solo es descubrir aquello que está presente en la naturaleza, evolución es también hacer nuestra propia vida, hacernos a nosotros mismos como decía Ortega. Así que no nos clasifiquemos y abramos puertas para que no nos quedemos en lo mismo, porque necesitamos de este mundo, es decir, necesitamos que la vida esté llena de caminos, ya que mundo no es más que variedad y diversidad.

Entradas populares

Musica pura

Letras

Traductor